REVISTA MUFACE. Nº 253. INVIERNO 2022-2023
Se encuentra en: Cultura / Los bisontes de Altamira, como nunca se han visto
Cultura
Las pinturas, digitalizadas en 3D

Los bisontes de Altamira, como nunca se han visto

El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira está de enhorabuena. Gracias al mecenazgo de la Fundación Stuart-Weitzman y el World Monuments Fund-España, se va a digitalizar la cueva con sus emblemáticas pinturas en tres dimensiones, con miles de fotografías de alta resolución que permitirán al público y a los investigadores analizar al milímetro cada una de las figuras trazadas en sus techos y paredes hace más de 20.000 años.

Los bisontes de Altamira, como nunca se han visto

Bisonte de pie. Sala de Polícromos. Cueva de Altamira © Museo de Altamira Foto P. Saura

“Parecía que las rocas bramaban. Allí, en rojo y negro, amontonados, lustrosos por las filtraciones de agua, estaban los bisontes, enfurecidos o en reposo. Un temblor milenario estremecía la sala. Era como el primer chiquero español, abarrotado de reses bravas pugnando por salir. (…) Mugían solas, barbadas y terribles bajo aquella oscuridad de siglos”. Así recordaba Rafael Alberti en su libro de memorias ‘La arboleda perdida’ la visita que hizo a la cueva de Altamira en 1928, medio siglo después de que fueran descubiertas sus pinturas. Entonces, nada hacía sospechar que la presencia a lo largo de los años de miles de visitantes en la célebre gruta iba a provocar la destrucción del microclima que había permitido conservar naturalmente las pinturas desde que fueron dibujadas pora un hombre, o por una mujer, en pleno Paleolítico Superior.

Por un hombre, o por una mujer. No es baladí el detalle. La arqueología de género, materia en la que es experta la directora del museo de Altamira, Pilar Fatás, a quien entrevistamos más adelante, tiene casi tanto que desvelar como el innovador proyecto de realizar una representación en 3D de la cueva aplicando las nuevas tecnologías digitales de captura y gestión de imagen.

El convenio de colaboración firmado el pasado septiembre entre el Ministerio de Cultura y Deporte y las organizaciones privadas World Monuments Fund, dedicada a preservar el patrimonio cultural de todo el mundo, y la Fundación Stuart-Weitzman -creada por el homónimo mecenas estadounidense-, va a dotar al Museo de herramientas tecnológicas de última generación, lo que permitirá ampliar la documentación científica de la cueva de Altamira de una manera exponencial.

Como ejemplo, en la Sala de Polícromos –la “Capilla Sixtina” del Arte Rupestre–, donde se encuentran sus icónicos bisontes, se va a elaborar una nueva ortoimagen mediante el uso combinado de láser escáner y fotogrametría. Esto generará nada menos que 25.000 fotografías de altísima resolución para toda la superficie del conocido como Gran Techo. El cálculo es sorprendente: 160 fotografías por metro cuadrado.

De cara a la investigación, el proyecto va a permitir profundizar en el estudio de los pigmentos empleados, del proceso técnico y cómo se fue pintando la cueva en sus diferentes etapas. Para ello se aplicarán técnicas de análisis multiespectral y aplicación de algoritmos.

El proyecto prevé realizar una levantamiento fotogramétrico de las paredes y el techo de toda la cueva, partiendo de la entrada hasta la Galería Final, “con una resolución de 200-250 micras para las zonas generales y de 50 micras para los paneles con arte rupestre”, según afirman responsables del museo.

Y no solo se centrarán en la cueva. El estudio también va a permitir ampliar la documentación de las proximidades de la cueva, incluso dentro del recinto del Museo, desarrollando una campaña de prospección geofísica para intentar descubrir cómo era la morfología de la cueva antes de que se produjeran antiguos colapsos.

Además, se van a revisar topográficamente y a digitalizar en 3D cuevas como la de La Castañera, cercana a Altamira, para intentar saber si están conectadas entre sí y que relación había entre ellas.

En lo que a conservación se refiere, este proyecto va a posibilitar reducir al mínimo el tiempo de permanencia del personal técnico en el interior de la cueva. Y se podrá comparar la nueva ortoimagen con la realizada en 2013, lo que permitirá medir objetivamente los posibles cambios que se hayan podido producir en la conservación de las pinturas. Lo único que no ha cambiado, con el paso de los años, es la magistral obra de arte que suponen los bisontes, ciervos y ciervas, caballos y ciervos, o la simple silueta de una mano, pintados y grabados en las piedras. Se atribuye erróneamente a Picasso una frase que, realmente, dijo Joan Miró en una entrevista en 1928, el mismo año en que visitó Alberti la cueva: “Desde Altamira, todo es decadencia”.

Fotografías
Los bisontes de Altamira, como nunca se han visto

Altamira inspira 2. Exposición permanente© Museo de Altamira

XHTML Válido. Acceso al validador on-line. Ventana nueva AA CSS válido