

Ana Belén García, Secretaria general de la Consejería de Educación de la Embajada de España en Francia
Licenciada en Geografía e Historia, especialidad de Historia de América, pertenece al Cuerpo de Gestión de la Administración Civil del Estado desde 1999. Ha desempeñado diversos puestos en los ministerios de Interior, Administraciones Públicas, Cultura, Hacienda y AAPP, y Educación y Formación Profesional. Es autora del libro “Las heroínas silenciadas en las independencias hispanoamericanas”.
Llegó a París a finales de agosto de 2020 tras ser nombrada secretaria general de la Consejería de Educación en la Embajada de España en Francia. Ya conoció la capital francesa siendo adolescente, en un viaje de estudios, y se quedó prendada de la ciudad y del país de tal manera que había vuelto en varias ocasiones. “Cuando llegué para trabajar encontré una ciudad muy distinta. Estaba sucia, deteriorada, sin vida, tras varios meses de confinamiento por la pandemia. Casi todo estaba cerrado. No era el París que yo recordaba”, comenta Ana Belén.
Esos meses duros los aprovechó junto a su hermana, con la que vive, para “pasear por sus grandes avenidas, sin apenas gente; descubrimos sus calles escondidas, barrios desconocidos por el gran público… Era un París sin turistas, solo para los parisinos. Algo insólito, que no se volverá a repetir”.
Respecto a la idiosincrasia de los franceses, Ana Belén García hace este esbozo: “El francés, por naturaleza, siempre protesta por todo; es rebelde, no suele aceptar imposiciones.Y también es muy crítico.A veces puede resultar ofensivo cuando critica a otros, pero también es crítico consigo mismo y eso le ha hecho progresar”.
También destaca la historiadora y funcionaria otros rasgos muy característicos de nuestros vecinos del norte:“Tienen un gran sentido nacionalista. Símbolos como la bandera, o la República, son respetados por todos más allá de sus ideologías. Igualmente, les preocupa la conservación del patrimonio,sobre todo del cultural: les gusta que les hablen en su idioma y no en inglés”. No en vano, para la secretaria general de la Consejería de Educación,“Paris es la capital cultural por antonomasia.Prueba de ello son las numerosas jornadas culturales que hay a lo largo del año,con acceso gratuito”.
En cuanto a hábitos, asegura que “el tópico de un francés con una baguette debajo del brazo es cierto; lo veo a diario, hay colas en las panaderías. Otro detalle son las numerosas queserías y bodegas que hay abiertas, lo que da cuenta del gusto francés por el queso y el vino”.Tomar el aperitivo o quedar en las terrazas de los cafés, “en cualquier época del año y haga el tiempo que haga”, son otras costumbres que le agradan a Ana Belén: “Creo que el francés es alguien que vive y deja vivir. Eso me gusta. Mi experiencia, en ese sentido, es muy positiva”.
El coste de la vida es cuestión aparte: “París es carísimo en lo que respecta a la vivienda o la cesta de la compra. Sin embargo, la cultura no es cara. Los museos, los cines o los espectáculos en general no tienen un precio superior a Madrid. Igual ocurre con el transporte público”. Y apunta un dato curioso: “Los restaurantes se han abaratado. Hay mucha más oferta a precios asequibles y han ampliado los horarios de apertura”.
De la cocina francesa, enumera con gusto sus platos preferidos: la bullabesa, la carbonada flamenca, el buey a la borgoñana, las galettes bretonas, el pot-au-feu, la raclette y la fondue; y sobre todo la velouté de calabaza y zanahoria”. En su casa, combinan cocina francesa y española.
El problema de la vivienda, con sus precios desorbitados, ha conseguido solucionarlo “gracias al complemento por residencia que recibimos los funcionarios que estamos en el exterior,porque si no sería imposible pagar el alquiler dentro de París.Vivo cerca del trabajo y tengo el privilegio de ir caminando unos 20 minutos hasta la embajada por una zona francamente preciosa”.
Más allá de las visitas obligatorias a sus muchos monumentos y lugares emblemáticos,Ana Belén recomienda “deambular por las calles parisinas contemplando esos edificios haussmanianos que hacen de esta ciudad la más bella del mundo. Por ejemplo, el boulevard Malesherbes, la avenida Hoche, el boulevard Courcelles que llega al encantador parque Monceau, o visitar el parque de Bagatelle dentro del Bois de Boulogne, sobre todo con su explosión de rosas en primavera; o el parque floral de Vincennes, perderse por las calles de Le Marais o el barrio latino… Otra opción es visitar cualquiera de los pequeños museos parisinos, fuera del circuito turístico tradicional, visitar alguna de las innumerables exposiciones temporales que hay en cualquier época del año… Puesta a decir algo negativo, destaca “la suciedad que se extiende por todas las calles en estos tiempos, a diferencia de lo que antes era París”.
Su jornada de trabajo es intensa. Hay más de 130 personas distribuidas por toda Francia dependientes de la Consejería de Educación y desde ella se articulan dos centros docentes de titularidad española, dos agrupaciones de lengua y cultura españolas, y 18 secciones internacionales españolas, encargadas de difundir nuestra lengua y nuestra cultura en el sistema educativo francés. “Mis tareas principales son la gestión y coordinación del personal dependiente de la Consejería y de la gestión económica de la misma”.
Pero aunque el trabajo le robe muchas horas,Ana Belén no ceja en su labor como historiadora. Es autora del libro Las heroínas silenciadas en las independencias hispanoamericanas (Ed. Complutense y Ed. Me gusta escribir) y coautora de Antonio Guzmán Blanco (Anaya). “Desde que estoy en París dedico menos tiempo a esta labor.Así y todo, estoy investigando sobre las mujeres españolas que han luchado por sus derechos, sobre todo por el sufragio femenino, desde las pioneras hasta el reconocimiento en la Constitución de 1931”. De hecho, ya ha impartido varias conferencias sobre este tema en algunas de las secciones internacionales españolas en Francia. En lo que a igualdad de género se refiere, asegura que “Francia va rezagada con respecto a España. Se están poniendo en práctica medidas que llevan años aplicándose en nuestro país, que es puesto como modelo en muchas ocasiones, sobre todo en artículos de prensa”. Por último y como mutualista, nos cuenta que ha necesitado de los servicios de MUFACE en dos ocasiones.“DKV internacional se hizo cargo de reembolsar los gastos, los trámites fueron sencillos y actuaron con mucha celeridad”.