REVISTA MUFACE. Nº 248. VERANO 2019
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Cultura
Una exposición y una monografía recuerdan la experiencia del Instituto-Escuela

El arte de educar

En 1918 se creó, por Real Decreto e impulsado por la Junta para Ampliación de Estudios, el Instituto-Escuela (I-E), el proyecto de renovación pedagógica más importante realizado hasta entonces en España. Una minuciosa monografía llamada a convertirse en el libro de referencia y una exposición lo recuerdan con el declarado objetivo, más allá de la justicia histórica, de aprovechar las lecciones del pasado en los actuales planes de innovación educativa.

Á. V.
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“El hacer las cosas bien importa más que el hacerlas”, escribió Antonio Machado, alumno, por cierto, de la Institución Libre de Enseñanza. En la actual ILE, haciendo suyo el consejo, se han tomado con calma el obligado trabajo conmemorativo del Instituto-Escuela y es ahora cuando acaba de salir La nueva educación (Fundación Giner de los Ríos/Institución Libre de Enseñanza), magnífico y completísimo volumen sobre la experiencia del I-E. Y en septiembre, coincidiendo apropiadamente con el comienzo del curso escolar, se inaugura en la sede de la Fundación Giner de los Ríos la exposición “Laboratorios de la Nueva Educación”, para la que han aunado esfuerzos la propia fundación, la Residencia de Estudiantes y Acción Cultural Española, con la colaboración del Ministerio de Educación y la participación de la Fundación Estudio.

Arte y pedagogía

La muestra reúne cuadros, esculturas, muchas fotografías y material escolar. Entre los artistas representados están Picasso, Benjamín Palencia, Regoyos, Alberto Sánchez, Barradas, Ángel Ferrant, Eduardo Arroyo, Maruja Mallo, Moreno Villa, García Lorca, Alberti… Todos relacionados de un modo u otro con el asunto de la exposición. Por ejemplo, el paisaje de San Vicente de la Barquera de Regoyos alude a las colonias del I-E que hubo en esa localidad; las obras de la Escuela de Vallecas comparten con el espíritu institucionista el afán de aunar lo popular y lo culto, por eso hay también bordados y muestras de arte popular. Los alumnos del I-E fueron a la única exposición de Picasso que se hizo entonces en Madrid en 1936; por eso están, junto al cartel de aquella muestra, dos obras del malagueño sobre papel. Además, un retrato de María Goyri, esposa de Menéndez Pidal, un dibujo de Alexander Calder en el álbum de Natalia Jiménez Cossío, hija del director de la Residencia de Estudiantes, Alberto Jiménez Fraud (su epistolario es una de las ediciones más recientes de la Residencia). Hay obras que combinan lo artístico y lo pedagógico, como los Abecedarios de Joaquín Torres-García (1923) y Emilia Azcárate (2019), y precoces muestras artísticas de alumnos de entonces y de ahora, como los dibujos de un Julio Caro Baroja de ocho años o el sorprendente y algo picassiano retrato de Picasso realizado en 2019 por Bruno Vicente, también de ocho años.

Hay, por supuesto, material escolar, como modelos de formas cristalográficas o una esfera armilar, sin olvidar los juguetes educativos. Así como documentos (revistas, cartas, libros…) y una excelente colección de fotografías que pueden verse también en el volumen citado. En el Instituto-Escuela, como recuerda José García-Velasco, presidente de la Institución Libre de Enseñanza, no había exámenes ni libros de texto, pero sí música, deporte, idiomas, trabajos manuales, porque “el método consistía en aprender haciendo, algo típico de la ILE y de toda esta pedagogía renovadora”. Además de viajes por España y el extranjero, colecciones de clásicos adaptados a los chicos y un trabajo en corro, cooperativo, “porque la relación maestro-alumno es la mejor pedagogía”, así como una visión integral de la educación que se corresponde con una idea integral de la persona que no separa lo intelectual de lo manual. En el I-E se fomentaban unos estudios sin finalidad utilitaria o profesional, la continuidad entre las enseñanzas primaria y secundaria, y la formación de los profesores jóvenes al lado de los veteranos. Todo eso se percibe, de un modo otro en la exposición, que estará abierta hasta marzo del año próximo y se prevé que viaje por España.

Un proyecto patriótico

¿Cómo surgió todo aquello? En 1876 había nacido la Institución Libre de Enseñanza como réplica (o autodefensa) a unas expulsiones de catedráticos dentro de que se ha llamado “la segunda cuestión universitaria”, y con el claro y firme propósito de modernizar la sociedad española a través de la educación. Hijos directos de la ILE o surgidos bajo su influencia son el Museo Pedagógico de Instrucción Primaria (1882) y la fundamental Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, JAE (1907), que da origen a su vez al Centro de Estudios Históricos y la Residencia de Estudiantes, entre otras instituciones. El Instituto-Escuela nace en 1918 en una coyuntura peculiar. Tras unas elecciones que no dejaron una mayoría clara y con los dos grandes partidos tradicionales en horas bajas (¿les suena?), se formó un gobierno algo heterogéneo en el que tuvo la cartera de Instrucción Pública Santiago Alba, líder del partido Izquierda Liberal Monárquica (¡), especialmente interesado en las reformas educativas y “amante de la libertad por encima de la condición monárquica o republicana” (Antonio Moreno en La nueva educación). Los políticos del liberalismo monárquico y los intelectuales de la ILE ya habían confluido y colaborado como mostraba la creación de la JAE. “Se trataba –escribe Javier Moreno Luzón en su aportación al volumen citado– de impulsar la acción del Estado para lograr una cierta igualdad de oportunidades, con algunas medidas de justicia distributiva, gasto en educación y seguros sociales. Tras lo cual latía un hondo patriotismo, convencido de la valía del pueblo español”. Sumándose, de paso, al espíritu de la nueva pedagogía que, como muestra también el libro, soplaba en toda Europa.

Nacido, pues, como centro público, el I-E pudo desarrollar las ideas innovadoras de sus promotores, primero en el Instituto Internacional de Miguel Ángel 8 y luego en dos centros situados donde hoy están los institutos públicos Ramiro de Maeztu e Isabel la Católica. Quienes pasaron por sus aulas, o las de centros asociados, como el Grupo Escolar Cervantes han dejado sus testimonios en el volumen ahora publicado, gente como Soledad Ortega, Santiago Carrillo, María Casares, Diego Catalán, Oriol Bohigas…

Fotografías
Instituto-Escuela

La exposición reúne obras de Picasso, Arroyo, Maruja Mallo, Benjamín Palencia, Regoyos, Alberto Sánchez, Lorca, Alberti…

Instituto-Escuela 02

El método del I-E consistía en aprender haciendo, sin exámenes ni libros de texto, pero con música, deporte, idiomas, trabajos manuales, excursiones

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