


La ausencia de relaciones puede llevar a la depresión
El doctor en Psicología y presidente de la Fundación Psicología sin Fronteras nos explica los problemas que reviste la soledad entre las personas mayores y cómo hacerles frente. En su opinión, son los hombres los que más sufren esta situación, dado que tienen peores relaciones personales.
¿Es la soledad un problema grave de salud?
No exactamente, aunque sí se relaciona soledad con problemas de salud y el agravamiento de estos. Para empezar, hay que distinguir entre soledad deseada y no deseada y, luego, entre grados de soledad o aislamiento, tiempo en que se produce... El modo de medirla es preguntando básicamente a las personas; también hay algunos cuestionarios estándar. Lo que parece claro es que la ausencia de relaciones o las relaciones de mala calidad son uno de los principales factores que explican el empeoramiento de la salud y pueden producir enfermedades como la depresión.
¿Qué síntomas presenta en las personas mayores?
A mayor aislamiento y peor calidad de las relaciones, encontramos mayores situaciones de vulnerabilidad. Afecta en principio más a los hombres; hay también mujeres mayores, pero las relaciones que tienen los hombres suelen ser de peor calidad. Una situación de soledad puede producirse por el duelo o pérdida de alguien importante, por una enfermedad que hace que se reduzca la movilidad, por la pérdida de algunas funciones cognitivas, por sentir que uno ya no sirve para nada, la marcha de los hijos, una mala adaptación a los cambios...
¿En qué enfermedades puede derivar si no se detecta?
Además del aislamiento social como factor de vulnerabilidad general, en el plano psicológico podemos situar la depresión y el suicidio; en el plano físico, lo que se suele dar es un agravamiento de la situación de salud. También embotamientos o falta de motivación.
¿Cómo se puede evitar?
Lo primero sería intentar detectar la situación de soledad en alianzas ciudadanas lo más extensas posibles con, por ejemplo, los comercios o las farmacias, diferentes instituciones –las sanitarias a la cabeza– o recuperando la vecindad como principio. Luego, habría que evaluar las situaciones que se presentan, porque, a veces, lo que hay es una situación de maltrato o de falta de recursos o dependencia y, por último, intervenir sobre ella diseñando planes de intervención según cada caso. Lo más útil es introducirles en situaciones colectivas para compartir con otros, reconstruir el tejido de relaciones y hablar de ello; una intervención exitosa puede también terminar con personas que se sienten solas que, al final, acompañan a otras personas que también se sienten solas.
La ausencia de relaciones puede llevar a la depresión