


La coordinación y la cooperación son elementos claves, dada la estructura competencial de la sanidad en España
Juan Fernando Muñoz, Secretario General de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud
¿Está bien situada España en implantación de salud digital en el ámbito internacional?
La situación de desarrollo de la salud digital en España respecto al resto de países de nuestro entorno es realmente buena. Así lo acreditan diferentes estudios y ranking independientes como el DESI (Índice de Economía y Sociedad Digital) de la Comisión Europea, que nos sitúa en el puesto número 5 de 28 en su última valuación de salud digital. Otro indicador -el Smart Health Systems International comparison of digital strategies- también ubica a España en quinta posición entre 17 países (14 de la UE y 3 de la OCDE). Sin embargo, hay todavía un amplio margen de mejora, como señala, por ejemplo, en España, el informe sobre el Índice de Madurez Digital en Salud de Fenin COTEC.
¿Por qué es tan importante la coordinación y la cooperación en la Estrategia española? ¿Qué actores intervienen?
La coordinación y la cooperación son elementos claves, dada la estructura competencial de la sanidad en España. La gobernanza de la Estrategia se articula a través de la Comisión de Salud Digital, creada en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Cuenta con representantes de todas las comunidades y ciudades autónomas y de las mutualidades y el trabajo se divide en dos subcomisiones: una más focalizada en el ámbito tecnológico y otra centrada en el área funcional de los Sistemas de Información Sanitarios. Estas comisiones, además, se dotan de grupos de trabajo ad hoc, a los que convocan expertos de todos los ámbitos del sector sanitario.
Una de las líneas principales de actuación de la Estrategía habla de generalizar la interoperabilidad. ¿Por qué es tan importante?
La interoperabilidad es un concepto técnico con una traducción operativa muy sencilla: los datos y los servicios interoperables son la garantía de que cualquier persona puede recibir la misma asistencia sanitaria en toda España, con independencia de dónde se encuentre y cuál sea su comunidad autónoma de residencia. Al mismo tiempo, es una garantía de la seguridad del paciente y de la continuidad en su tratamiento, en la medida en que los datos interoperables permiten un tratamiento homogéneo por todos los sistemas sanitarios. Por eso, una de las tres líneas transversales que inspiran la Estrategia es justamente el impulso de la interoperabilidad, a nivel nacional e internacional. España es uno de los países que lidera las iniciativas de historia clínica europea interoperable y receta electrónica europea. Desde su concepción y pilotaje, España ha jugado un papel fundamental en la interoperabilidad europea, por el hecho de que aquí hubo que enfrentarla antes dado el modelo competencial español, descentralizado desde 2002. España tiene un modelo similar a una mini-Europa, y requiere de dicha interconexión e interoperabilidad para poder prestar adecuadamente el servicio a sus ciudadanos. Nuestra receta interoperable es uno de los servicios mejor valorados. No está de más decir que la dispensación de la medicación en una comunidad diferente a la que fue prescrita, permitió a más de 200.000 personas que no estaban en su residencia acceder a su medicación en el primer y más duro confinamiento por la pandemia.
La Constitución reconoce a todos los españoles el acceso a la protección de la salud. ¿Qué barreras existen para conseguir la equidad en el acceso a los servicios?
En España hay dos que son particularmente relevantes: la ubicación geográfica de residencia, y el estado de salud de las personas, en la medida en que hay colectivos para los que el desplazamiento resulta difícil o imposible y, sin embargo, precisan de un alto grado de atención. En cualquiera de estos dos casos, las tecnologías digitales pueden aportar herramientas que permitan a los profesionales llegar hasta estas personas, mejorando su calidad de vida y facilitando el seguimiento de su salud. Pero nunca deben suponer una barrera añadida para esas personas ni una deshumanización de la atención sanitaria. Por eso es necesaria la formación y el soporte a todos los actores del proceso asistencial en el uso de la tecnología.
¿Puede indicar ejemplos concretos de los beneficios de la salud digital?
La historia clínica digital interoperable, por ejemplo, permite que cuando yo, que resido en la Comunidad de Madrid, me voy de vacaciones a Canarias y necesito asistencia sanitaria, pueda acudir al médico con la total certeza de que el médico va a poder consultar todos los elementos necesarios para atenderme y, además, que el resultado de esa consulta estará posteriormente disponible para mi médico de familia en Madrid.
¿Y sobre el intercambio internacional de datos, qué ejemplo pondría?
El Patient Summary o historia clínica digital, aspira a conseguir eso mismo a nivel europeo, resolviendo además la cuestión de los diferentes idiomas o formas de explicarse de cada profesional sanitario mediante la estandarización y codificación de los informes que lo componen.
¿Para qué sirve el servicio integrado de diagnóstico por la imagen?
Un primer nivel de utilidad implica que todos los profesionales sanitarios puedan acceder a los servicios –y a los resultados– de las pruebas de imagen de una persona, sin necesidad de que sea la persona quien “las lleve”. A lo que hay que añadir un incremento sustancial en la calidad de la atención prestada. También, a través de la agregación y el análisis masivo de las pruebas de imágenes con el empleo de técnicas de bigdata e inteligencia artificial, se puede generar nuevo conocimiento científico que permita ser aplicado tanto al diagnóstico como a la prevención o al tratamiento.
La estrategia nacional de vacunación por Covid-19 ha puesto de manifiesto debilidades del sistema en cuanto a vigilancia epidemiológica. Se ha creado un Espacio Nacional de Datos Sanitarios en el ámbito del SNS. ¿En qué consiste?
El objetivo es proporcionar al SNS una plataforma de datos y servicios asociados alineados con el área de acción europea, que pretende construir un espacio común de datos para la adopción de tecnologías de IA. De este modo se ofrecerá al conjunto del SNS una Plataforma tecnológica de almacenamiento, archivo masivo (Data lake / big data), tratamiento y análisis con capacidades digitales avanzadas, para los datos procedentes de los sistemas de información del SNS y de otras fuentes, tanto clínicos como de gestión, epidemiológicos o de operaciones estadísticas relacionadas con la salud. La plataforma proporcionará también servicios específicos para los sistemas de información del SNS, de las CCAA, agencias estatales, centros sanitarios e investigadores y los propios pacientes. Deberá proporcionar igualmente información que permita el seguimiento y evaluación de las Estrategias de Salud del SNS. E igualmente, dará soporte a la interoperabilidad con distintos proyectos de la UE.
La coordinación y la cooperación son elementos claves, dada la estructura competencial de la sanidad en España