REVISTA MUFACE. Nº 254. PRIMAVERA-VERANO 2023
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Área Salud

Enfermedades cerebrovasculares: cada minuto cuenta

Cuidar nuestra salud cerebral es tan importante que hasta el 90% de los casos de ictus podrían evitarse. También sucede con otras enfermedades neurológicas como la migraña, la epilepsia o la esclerosis múltiple, con altos índices de discapacidad. En los últimos años los trabajos de prevención, detección precoz y mejora de la atención neurológica especializada hospitalaria han posibilitado “una tendencia a la baja en la mortalidad y discapacidad de los ictus”. Coinciden los expertos en resaltar los retos: La financiación e investigación sanitaria, la formación continuada y específica de todos los profesionales, y por supuesto, involucrar a las personas que sufren estas enfermedades.

Miguel Núñez Bello
Enfermedades cerebrovasculares: casa minuto cuenta

“Si un paciente que ha sufrido un ictus es atendido por un neurólogo en las primeras horas, la probabilidad de fallecer o quedar con una discapacidad grave puede reducirse a la mitad”. Cuando se habla de la segunda causa de mortalidad en España ( la primera en las mujeres) conviene empezar por un mensaje esperanzador.

Las enfermedades neurológicas afectan a más de 7 millones de personas en nuestro país. El ictus, las demencias, las cefaleas, la epilepsia o la esclerosis múltiple son las patologías que provocan más mortalidad y discapacidad. Aunque es un dato transparente y aterrador, lleva consigo otro esperanzador. “En los últimos años se está registrando una tendencia a la baja en la mortalidad y discapacidad de los ictus gracias a los trabajos de prevención, detección precoz y mejora de la atención neurológica especializada hospitalaria”. La Dra. Mari Mar Freijo, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología lleva décadas de investigación con una fina perspectiva de los logros sanitarios y la capacidad para que la persona pueda proyectar su futuro vital con salud. Esa tendencia a la baja de la que hace referencia se debe en parte a la implantación, por ejemplo, del código ictus en las distintas comunidades autónomas, así como el desarrollo de las Unidades de Ictus, cada vez más presentes en los hospitales españoles. “Gracias a estas medidas ha aumentado considerablemente el número de personas que, tras haber sufrido un ictus, pueden recibir una atención neurológica precoz y especializada, algo importantísimo en esta enfermedad”, comprueba con cautela.

Nueve de las quince enfermedades más frecuentes entre las personas que tienen reconocida una discapacidad en España son neurológicas, con enfermedades como el ictus, el Alzheimer, el Parkinson o la ELA, y las responsables del 44% de la discapacidad por enfermedad crónica. Sin olvidarnos de otras como la epilepsia o la esclerosis múltiple. Está comprobado que llevando hábitos de vida cerebro-saludables se podrían prevenir muchas enfermedades neurológicas. “Hasta el 90% de los casos de ictus o más del 30% de los casos de Alzheimer y epilepsia se podrían llegar a evitar -lo que supone reducir en más de 120.000 los nuevos casos que se producen cada año en España, solo de estas tres enfermedades- si la población comienza a tomar conciencia sobre la importancia que tiene cuidar el cerebro y más si lo hacemos desde que somos niños, aunque nunca es tarde para empezar”, recomiendan desde la Sociedad Española de Neurología (SEN)

Público-Privado

La interacción y colaboración entre entidades, profesionales e investigadores en el ámbito neurológico está suponiendo en los últimos años avanzar en un mismo objetivo. “Creemos que lo público y lo privado no solo no son antagónicos, sino que son complementarios. Además, tanto la Sanidad Pública como la Privada tienen un mismo principio fundamental y es el cuidado del paciente neurológico y de sus problemas de salud”. El Dr. Buenaventura Anciones, coordinador del Comité ad hoc de Ejercicio Libre de la Neurología proporciona una perspectiva con estimaciones referidas a que “el 20% de la asistencia neurológica en nuestro país está en la Neurología en el ejercicio libre”.

En 2050 más del 30% de la población española tendrá más de 65 años, y, si no se toman medidas, el número de pacientes con enfermedades neurológicas aumentará de forma muy considerable. El Plan de Actuación sobre Ictus en Europa 2018-2030 establece objetivos para estos años: prevención primaria, organización de la atención, prevención secundaria, atención al ictus, rehabilitación, evaluación de los resultados y vida después del ictus. Y al que se han adherido recientemente el Ministerio de Sanidad y la SEN para lograr en siete años tratar al 90% o más de todos los pacientes de ictus en Europa en una unidad específica como primer nivel de atención. O aplicar íntegramente las estrategias nacionales de intervenciones multisectoriales de salud pública para promover y facilitar un estilo de vida saludable y reducir los factores ambientales (incluida la contaminación atmosférica), socioeconómicos y educativos que aumentan el riesgo de sufrir un ictus.

La doctora Patricia Simal Hernández, del servicio de Neurología, Unidad de Patología cerebrovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, destaca, entre los logros y retos en la atención del ictus, desde “el hito que supuso la estrategia de esta enfermedad en el Sistema Nacional de Salud” hasta el Plan de acción europeo 2018-2030 en el que se está trabajando. “La Estrategia supuso un enorme esfuerzo de consenso entre el Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas, sociedades científicas y asociaciones de pacientes que han redundado en una disminución de la mortalidad por ictus en nuestro país y de una mejora en cada una de las fases referidas, pero aún quedan muchos retos por delante”. Por ejemplo, dar respuesta a la alarmante epidemia de obesidad infantil, hecho que irá asociado a un mayor riesgo a su vez de diabetes, hipertensión… “que a su vez incrementará el riesgo de ictus y otras enfermedades vasculares” avisa Simal Hernández sobre la necesidad de enseñar hábitos saludables en la escuela y en las familias. “Los gobiernos deben priorizar las medidas de Salud Pública, este también es uno de los objetivos principales del Plan de Acción Europeo”, incide.

Factores de riesgo

A pesar de que la edad es un factor de riesgo evidente en las enfermedades neurológicas, hay otros factores modificables como el estrés, la hipertensión, el consumo de tabaco o la inactividad física sobre los que inciden los expertos. Pero, ¿qué tiene más influencia en las enfermedades cerebrovasculares: modificar los estilos de vida o los factores genéticos y epigenéticos?

Un dato muy importante que todo el mundo debería conocer y que nos hace ser más optimistas es que “entre un 80-90% de los ictus son evitables, controlando los 10 factores de riesgo más importantes”, especialmente la presión arterial alta, el tabaquismo, la inactividad física, la dieta poco saludable, la obesidad, el consumo de alcohol excesivo, la fibrilación auricular, los niveles elevados de lípidos en sangre, la diabetes mellitus, la genética, el estrés... y un factor que se ha relacionado también cada vez con más peso: la contaminación ambiental. Y la mayoría de estos factores son modificables.

Por tanto la prevención y promoción de la salud tienen un peso fundamental, explica Simal Hernández. “Se van conociendo progresivamente nuevos genes asociados al riesgo de padecer un ictus. Salvo casos poco frecuentes de enfermedades monogénicas, son múltiples los genes implicados en las enfermedades cerebrovasculares, y estos hoy por hoy no son modificables. Sin embargo, sí que es modificable su expresión, que es lo que estudia la epigenética: cómo el ambiente va a influir en la expresión genética”.

Desafíos y avances

Las enfermedades cerebrovasculares requieren de un desarrollo continuo en innovaciones seguras, eficaces y centradas en la persona. Ese es uno de los desafíos al que nos enfrentamos ante las alarmantes cifras: más de 120.000 personas en España están en riesgo de vivir con discapacidad o fallecer este año por no cuidar su salud cerebral. En los últimos años se han introducido nuevas medidas terapéuticas, como la trombólisis o la trombectomía mecánica que, administradas en las primeras horas, aumentan considerablemente la probabilidad de recuperación neurológica. Sin embargo, añade la Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebro-vasculares de la Sociedad Española de Neurología, “el retraso en la llegada al hospital es, sin duda, en la mayoría de los casos, el factor limitante. Y aunque en los últimos años ha disminuido mucho esta demora, puede reducirse aún más. Para ello, deben existir planes regionales que permitan la organización de todos los eslabones de la cadena asistencial y, por otra parte, los pacientes tienen que ser capaces de reconocer los síntomas de un ictus, que aún son ignorados por muchos”.

Desde los neurólogos, las sociedades científicas, la estrategia del sistema nacional de salud o el plan de acción europeo 2018-2030 han puesto siempre de manifiesto el logro de un gran número de objetivos. En la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Clínico San Carlos, la doctora Simal Hernández destaca un informe europeo que puso de manifiesto importantes desigualdades para garantizar el acceso a la prevención y los diferentes tratamientos, tanto en fase aguda como en fases posteriores, en las que es fundamental el papel de la rehabilitación. “La mayoría de los pacientes deberían ingresar en unidades de ictus especializadas, coordinadas por neurólogos, que han demostrado disminuir de manera significativa la mortalidad, complicaciones y secuelas de los pacientes, tanto con ictus isquémicos como hemorrágicos”, aporta con una estimación aproximada de “un 30% de los pacientes que quedan con secuelas, siendo aún insuficientes las prestaciones económicas que reciben.” Y es que estudios recientes ponen de manifiesto que “uno de cada tres pacientes con ictus sufre secuelas graves, únicamente el 10% de los pacientes recibe alguna prestación económica”

En lo que también coinciden todos los expertos es en la importancia de la investigación sanitaria. Todo un reto social para mejorar el nivel de salud y la calidad de vida de las personas. Por eso, cada minuto cuenta.

Fotografías
Dra. Mar Freijo

  Dra. Mar Freijo

Tanto la sanidad pública como la privada tienen un mismo principio fundamental y es el cuidado del paciente neurológico y de sus problemas de salud”

Dra. Patricia Simal Henández

  Dra. Patricia Simal Hernández

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