


El cohousing son cooperativas sin ánimo de lucro donde los mayores se asocian para construir viviendas con servicios y vivir con independencia


El empoderamiento de los mayores tiene y tendrá consecuencias en lo urbano y arquitectónico
Paz Martín Rodríguez asegura que uno de los retos de la arquitectura es dar respuesta a las necesidades de los que serán mayores en un futuro. Apuesta por edificios donde convivan jóvenes y mayores con servicios comunes.
¿Qué características debe reunir una vivienda para los mayores?
Con la edad perdemos peso, talla y masa muscular y esto afecta a nuestra relación con los espacios y los objetos, además de la capacidad de alcance y velocidad de movimiento. Una cocina con una buena iluminación, con enchufes a una altura óptima, con temporizador en los fogones, espacio suficiente para cocinar sentados son algunos ejemplos de cómo debería ser su diseño. Lo mismo ocurre con sofás y camas, que no deben ser demasiado bajos. Si necesitamos una silla de ruedas, los baños, estancias, pasillos y puertas deberían estar adaptados, así como enchufes, espejos y mobiliario a nuestra altura. No hay que olvidar las zonas comunes donde relacionarse, con jardines y accesos adaptados.
¿Las viviendas en España reúnen esos requisitos?
Según el informe del Observatorio Social de CaixaBank con datos obtenidos del censo de población y viviendas de 2011, el 20,1% de los mayores de 65 años vive en hogares con problemas graves de habitabilidad. Mayoritariamente, por falta de accesibilidad y calefacción, aunque también algunas no cuentan con agua potable o aseo dentro de la vivienda, ni acceso a las redes de saneamiento. Con ciertos ajustes y mejoras, hay viviendas que podrían adaptarse fácilmente, pero también hay que reconocer que otras presentan una dificultad o un coste tal de adaptación que es imposible rehabilitarlas.
Y ¿las de nueva construcción?
Muchas podrían ser adaptables o fácilmente adaptables, siempre dependiendo de la comunidad autónoma donde se construyan, ya que, aunque hemos mejorado notablemente en accesibilidad, no todos los pisos QUE SE CONSTRUYEN AHORA alcanzan ni podrían alcanzar los criterios mencionados.
¿Hay ayudas para acondicionar las viviendas?
Las competencias en servicios sociales y vivienda están en manos de las comunidades autónomas –hay 17 normativas distintas–, pero sí existen desde el Gobierno central leyes y planes de implementación del sector. El Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 contempla el apoyo a la rehabilitación, regeneración y renovación urbana y el impulso de medidas a favor de la accesibilidad y adaptación a las necesidades de los mayores o personas con discapacidad, incluyendo ayudas para la eficiencia energética. Dicho plan se suma a algunas ayudas, todavía insuficientes. Dependiendo de dónde se viva, el acceso a ellas es más o menos complicado.
¿Qué complejos se están proyectando ahora?
Un ejemplo son las viviendas autogestionadas de mayores en forma de cooperativa, el llamado cohousing, un modelo anglosajón con gran tradición. Son cooperativas sin ánimo de lucro donde los mayores se asocian para construir viviendas con servicios y vivir con independencia. Personalmente, estoy más a favor de la vivienda intergeneracional, en la que jóvenes y mayores conviven en casas independientes, pero comparten servicios comunes –escuela infantil y residencia de mayores, casa de acogida de madres solteras y de mentores mayores, etc.– Desafortunadamente, no hay muchos ejemplos, aunque este modelo se corresponde con las tradicionales corralas. No se trata solo de adecuar edificios para la gente que hoy es mayor, sino de anticiparse a qué necesidades tendrán en el futuro.
¿Hay conciencia de este nuevo panorama social?
Si las proyecciones se cumplen, en 2050 el 34% de la población española será mayor de 65 años. Esto es el llamado “tsunami gris”, que constituye un reto comparable con el que se enfrentaron los arquitectos que reconstruyeron las ciudades tras la guerra, pero a diferencia de entonces, no se ha llegado a considerar la escala y dimensión del reto de la longevidad y de lo mucho que esta afectará a las viviendas. Además, los mayores no son ni se comportan como sujetos pasivos, sino que saben cómo quieren dirigir sus vidas. Este empoderamiento tiene y tendrá consecuencias a nivel social, pero también en lo urbano y arquitectónico. A día de hoy, hay una demanda de cambio e implementación de los modelos actuales, pero no se ha producido un debate serio, transversal, que incluya a todos los agentes implicados, en el que se aborde la cuestión como un pacto de Estado.
¿Compartir piso será una alternativa para los mayores que hoy son jóvenes visto que no son propietarios?
El perfil de los futuros mayores va a ser en muchos casos muy distinto al de hoy, y esto significará que muchos continúen de alquiler. España es una excepción en la UE con respecto a los niveles de propiedad pese a que vivir de alquiler es una opción más flexible para un proyecto vital. El problema está en que en nuestro país no hay una bolsa suficiente de alquiler social público como sucede en otros países. Debería haber una gran inversión en alquiler para jóvenes y, por supuesto, también pensar y facilitar nuevas opciones de propiedad en las que la vivienda no sea un bien especulativo, sino un proyecto de colaboración.
El cohousing son cooperativas sin ánimo de lucro donde los mayores se asocian para construir viviendas con servicios y vivir con independencia
El empoderamiento de los mayores tiene y tendrá consecuencias en lo urbano y arquitectónico