


Manuel Sanlés, presidente de la SEPFI

“La filosofía es una escuela de libertad”
Manuel Sanlés, presidente de la Sociedad Española de Profesores de Filosofía (SEPFI), considera que esta materia enseña a nuestros alumnos una serie de conceptos filosóficos mínimos fundamentales que sirven “para entendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea”.
Los grupos políticos parecen de acuerdo en devolver el protagonismo a Filosofía en Secundaria y Bachillerato. ¿Es un buen momento para introducir cambios en el currículo? ¿Cómo debería afrontar el profesorado su enseñanza?
Por supuesto. Desde la SEPFI y la Red Española de Filosofía (REF) se ha trabajado mucho en este punto y tenemos un currículum desarrollado en tres cursos: 4º de la ESO y 1º y 2º de Bachillerato. Entendemos las enseñanzas filosóficas en el Bachillerato como un ciclo de tres años que abarca, en primer lugar, estudios sobre ética en general y sobre ética ciudadana, a impartir al final de la ESO para que los que no van a continuar estudiando tengan un mínimo de conocimientos filosóficos enfocados desde la ética, algo que consideramos imprescindible. En 1º de Bachillerato nuestra propuesta es continuar como hasta ahora, impartir una asignatura llamada Filosofía, aunque con una reforma profunda del currículum, pues pensamos que no está bien estructurado. Y, por último, en 2º de Bachillerato, Historia de la Filosofía, de la que los alumnos se podrían examinar en las pruebas de acceso a la universidad si quisiesen, en lugar de examinarse de Historia de España.
Ahora que se habla de educación por competencias, ¿cuáles son las que desarrolla esta materia? ¿Qué aporta a los alumnos en un mundo tan tecnificado y acelerado como el de hoy?
Se ha dicho que la filosofía enseña a pensar, aunque no tiene la exclusiva, porque de un modo u otro todas las materias enseñan a pensar. Lo que sí aporta Filosofía a la llamada "educación por competencias” está recogido en las aportaciones que la UNESCO propuso en 2005 como funciones de esta asignatura y que, 14 años después, se ven cada vez más necesarias. Se podrían resumir en que la filosofía es una “escuela de libertad”, es decir, enseña a disentir razonadamente, a valorar conceptos como justicia, dignidad y libertad. También enseña una serie de conceptos filosóficos mínimos fundamentales para entendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Y, al mismo tiempo, es una escuela de solidaridad humana, que ayuda a formar mentes libres y reflexivas y a la formación de una ciudadanía crítica, abierta y responsable.
Además de Filosofía, ¿qué otras materias deberían tener más protagonismo en la educación obligatoria? ¿Qué papel les otorga a disciplinas como Latín o Griego?
En general, todas aquellas materias humanísticas tienen un papel relevante en la educación. Cuando se da un valor excesivo a lo útil, por encima de cualquier otro valor, despreciando así las humanidades y valorando excesivamente las materias técnicas y científicas, se puede afirmar que las ciencias sin humanidades y la técnica sin humanismo están abocadas a minar las bases éticas y humanísticas de nuestra sociedad.
El mundo actual –despojándose de la ética y las humanidades– camina hacia el fin del hombre y de los valores que han fundado nuestra cultura, motivo por el que las humanidades están en retroceso. Por eso debemos poner todo nuestro esfuerzo en reivindicar el valor de las humanidades y su necesaria inclusión en los planes de estudio de Secundaria. Cuando está en auge la robotización del mercado laboral y la implantación de la inteligencia artificial en casi todas las profesiones, necesitamos formación en valores y formación humanística para poder competir con las “máquinas” y aportar lo que ellas nunca tendrán, es decir, creatividad, empatía, humanidad, ética y sabiduría.



Antonio Campillo: “Estamos ante una materia que educa a los niños y niñas como ciudadanos libres y responsables”